La aurora boreal (Aurora Borealis) explicada
Si vive lo suficientemente al norte o al sur del planeta Tierra, es posible que tenga la suerte de ver las luces del norte y del sur (aurora boreal o aurora austral). Es probable que te impresionen estas deslumbrantes luces y colores si tienes la suerte de encontrarte afuera en una noche despejada mientras se produce la aurora boreal. Estas tiras de luz danzantes son, de hecho, una de las vistas más impresionantes de la naturaleza. ¿Qué son y cómo se forman? Las respuestas a estas preguntas nos ayudan a comprender la relación de la Tierra con el Sol. También brindan información sobre cómo el interior de nuestro mundo y su atmósfera interactúan con el Dom energía.
Cómo se producen las auroras
El Sol es la estrella más cercana a nosotros a 93 millones de millas. A pesar de esta gran distancia, la pura energía del Sol es lo suficientemente poderosa como para calentar nuestro mundo y sustentar toda la vida. El Sol emite constantemente una corriente de radiación llamada viento solar. El viento solar está formado por innumerables partículas que han sido cargadas con grandes cantidades de energía del Sol. Estas partículas de alta energía son mortales para la vida en la Tierra y pueden dañar la estructura misma de nuestro ADN. Afortunadamente, la Tierra ha desarrollado barreras naturales que nos protegen del viento solar. campo magnético de la tierra es nuestra principal forma de defensa contra el viento solar. Este campo se produce debido a que la Tierra tiene un núcleo de hierro giratorio. El hierro puede conducir electricidad y, a medida que gira, la carga eléctrica en movimiento crea un campo magnético. El campo magnético producido por el núcleo de la Tierra se mueve hacia afuera y forma una estructura similar a una red que abarca nuestro mundo. Cuando el viento solar se encuentra con el campo magnético de la Tierra, se redirige fuera de nuestro mundo. Sin un campo magnético, el viento solar erosionaría lentamente nuestra atmósfera hasta que no quede nada más que un fino velo de aire.
Sin embargo, no todas las partículas del viento solar se redireccionan. En cambio, el campo magnético redirige algunas partículas cargadas hacia los polos de la Tierra. Incluso cuando el viento solar llega a nuestro mundo, la vida todavía está protegida por un capa de ozono. Sin embargo, hay dos grandes agujeros en el ozono de la Tierra, uno ubicado en cada polo. Cuando las partículas cargadas son redirigidas al Norte y los polos sur, interactúan con los átomos de nuestra atmósfera. La cantidad de energía del viento solar hace que algunos de los átomos de la atmósfera terrestre pierdan sus electrones, un proceso llamado ionización. Al ionizar partículas en nuestra atmósfera, el viento solar hace que liberen haces de luz de alta energía. Las auroras son simplemente átomos ionizados en nuestra atmósfera que han interactuado con partículas cargadas del Sol, haciendo que brillen y se muevan por el aire.
Los muchos colores de Aurora
Aunque las auroras suelen ser verdes, pueden venir en una multitud de colores diferentes. El color de la aurora está determinado por los átomos que se ionizan y la altitud a la que esto sucede. Ya que oxígeno y el nitrógeno son los químicos más abundantes en la atmósfera de la Tierra, los colores de la aurora están determinados por cómo estos dos químicos interactúan con el viento solar. Cuando el oxígeno se ioniza a gran altura, la aurora se vuelve roja. A una altitud más baja, el oxígeno ionizado es verde. La razón por la que el mismo químico puede emitir dos colores diferentes tiene que ver con el hecho de que en altitudes más altas la densidad de oxígeno es mucho más baja que en altitudes más bajas. La gran altitud permite que el viento solar ionice el oxígeno a una frecuencia más alta y produzca un resplandor rojo. Asimismo, a menor altura, la frecuencia con la que el viento solar interactúa con el oxígeno es menor y el producto es la luz verde. Además de rojo y verde, la aurora puede ser azul o morada. Si ve estos dos colores, significa que el nitrógeno se está ionizando en la atmósfera. El proceso por el cual la aurora se forma y produce sus extraordinarios colores solo se suma a su belleza y complejidad.