Reseña de ‘Dioses de México’: un retrato de los residentes indígenas
En la pantalla, “Dioses de México” se subtitula “un retrato de una nación a través de sus tierras y pueblos”, aunque sus sujetos humanos rara vez hablan y no se identifican por su nombre hasta el final. El director, Helmut Dosantos, al realizar su primer largometraje, huye del contexto. Esta película de no ficción de orientación abstracta, realizada entre 2013 y 2022, consta de una serie de viñetas y fotogramas que muestran a los residentes indígenas de México. Los capítulos están etiquetados por región geográfica y, de manera más oblicua, con los nombres de los dioses aztecas.
Parte de la película muestra la vida en movimiento. La cámara observa colectores de sal salpicando agua en sincronización rítmica. Un disparo desciende en un cráter hasta que todo lo que es visible es el suelo del cráter, que se asemeja a un ojo gigante.
Otros fragmentos de “Dioses de México”, que varían entre el blanco y negro y el color, están construidos a partir de planos que casi no contienen movimiento. Un pescador que tiene su captura colgando de un tronco de bambú lleva la viga detrás de su cuello mientras el viento ondula a través de su ropa. Un carro tirado por vacas y su conductor permanecen surrealistas en su lugar en una playa mientras las olas rompen contra la orilla. Las mujeres equilibran canastas sobre sus cabezas mientras están congeladas contra un fondo desértico.
Vistas como fotografías, estas imágenes tienen una potencia bruta y el sonido contribuye a este efecto. Pero el elemento temporal del cine hace que las composiciones parezcan educadas y demasiado posadas. («Solo un segundo más», se imagina al operador de cámara señalando a las mujeres con canastas). Cuando, al final de la película, los mineros juegan a los dados conversan, llama la atención cuán ingeniosamente, y quizás artificialmente, conservando lo que fueron las escenas precedentes. Este retrato nominal de las personas no está interesado en lo que tienen que decir.
dioses de mexico
No calificado. Duración: 1 hora 37 minutos. En los cines.