California tiene un problema de emigración y parece que todos en el suroeste se están beneficiando de él, excepto Nuevo México. Los legisladores pueden cambiar eso, y los votantes deben tenerlo en cuenta cuando acudan a las urnas este otoño.
Según el IRS, entre 2018 y 2019, 71,547 familias estadounidenses más se fueron de California a otros estados de las que se mudaron. ¿No es extraño? California es un lugar que aparentemente lo tiene todo: playas y montañas, vastas redes de infraestructura, tierra fértil, generosos beneficios sociales y universidades respetadas. Sin embargo, según la Oficina del Censo de EE. UU., el estado ha visto una migración interna neta negativa anual desde 1990.
De las familias que se fueron de California en 2019, el 52 % emigró a los estados fronterizos con Nuevo México. Arizona ganó 14,397 familias de California con un valor de $1,200 millones en ingresos brutos ajustados (AGI). Texas ganó 14,242 familias, Colorado ganó 4,762 familias y Utah ganó 2,993 familias, para una migración neta AGI de $2,5 mil millones.
Nuevo México ocupó el puesto 13 en la lista. Solo 1.143 familias de California, o el 1,6%, optaron por mudarse a la Tierra del Encanto.
¿Por qué los californianos se detienen en Arizona y conducen a través de Nuevo México para llegar a Texas?
Según el Índice de clima fiscal empresarial estatal 2022 de Tax Foundation, la segunda edición más reciente de nuestras clasificaciones, Nuevo México ha estado rodeado de estados con una mayor competitividad fiscal. En general, clasificamos a Nuevo México en el puesto 27 el año pasado. Mientras tanto, Utah fue décimo, Texas fue 14, Colorado 20, Arizona estaba en camino del 15 al 23 y Oklahoma fue 26. California ocupó el puesto 48. La reducción de la tasa del impuesto sobre la renta bruta de Nuevo México mejoró la clasificación del estado para nuestra edición de 2023, pero aún está rezagado con respecto a todos los vecinos excepto Oklahoma.
¿Piensa que la competitividad fiscal no es importante para los contribuyentes que se van de California? Considere estos hechos: desde 1998, Texas y Arizona han sido, en promedio, el tercer y cuarto destino más popular para la migración AGI neta de California. Nuevo México fue vigésimo. Como resultado, Texas recibió $15,900 millones de los ingresos de California, mientras que Arizona recibió $12,900 millones. Nuevo México ganó solo $ 165 millones. Entre 1998 y 2021, el producto estatal bruto (GSP) real de Arizona, el tamaño de la economía del estado ajustado a la inflación, aumentó un 90 %, mientras que el GSP real de Texas creció un 96 %. Nuevo México creció solo un 40%.
Hay más en las decisiones comerciales y de ubicación que solo impuestos (como infraestructura y mano de obra calificada), pero sería un error sugerir que las políticas fiscales son irrelevantes. A menudo se ha culpado a la globalización de las cadenas de suministro por el desplazamiento de puestos de trabajo, pero según el Departamento de Trabajo de EE. UU., la mayoría de las reubicaciones masivas de puestos de trabajo se producen de un estado de EE. UU. a otro.
Cada participante en una economía sopesa lo que es más importante para él o ella. Por el momento, las políticas fiscales pueden no ocupar un lugar destacado en la lista de prioridades de los nuevomexicanos. Sin embargo, los impuestos pagados por las empresas eventualmente afectarán a todos, ya que en última instancia los pagan los individuos a través de salarios más bajos, precios más altos y un nivel de vida más bajo. Muchos contribuyentes que salen de California pueden dar fe de esto de primera mano.
Nuevo México puede convertirse en un destino más atractivo para las empresas y las familias al reducir primero la base imponible del ingreso bruto para eliminar los efectos dañinos de la pirámide fiscal. Los votantes también estarían bien atendidos por políticas que reduzcan las tasas marginales clave del impuesto sobre la renta y reduzcan la dependencia de los volátiles impuestos sobre el petróleo y el gas para financiar programas gubernamentales esenciales.
Los contribuyentes y los legisladores deben recordar que los estados no instituyen la política fiscal en el vacío. Cada cambio en el sistema tributario de un estado hace que su entorno comercial sea más o menos competitivo con sus vecinos, como lo ha demostrado California. Con una elección crítica por delante, los votantes deben tener esto en cuenta: ¿aprovecharía nuestra nueva cámara estatal la oportunidad que California le está dando a Nuevo México?
Timothy Vermeer es analista senior de políticas en el Centro de Políticas Fiscales Estatales de Tax Foundation, un grupo de expertos no partidista en Washington, D.C.
