La Cámara de Diputados de México aprobó el miércoles reformas controvertidas destinadas a fortalecer la empresa eléctrica estatal, a pesar de las advertencias de los ambientalistas de que promueven los combustibles fósiles en lugar de las energías renovables.
Los partidos de oposición y los activistas ven los cambios como un retroceso en los esfuerzos por abordar el cambio climático y dicen que van en contra de los compromisos internacionales de México.
El proyecto de ley fue aprobado abrumadoramente en la madrugada por la Cámara de Diputados, pero aún debe ser aprobado en la Cámara Alta, el Senado.
Ambos están dominados por el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus aliados.
El populista de izquierda dice que se necesitan reformas para fortalecer la Comisión Federal de Electricidad, de propiedad estatal, y evitar que aumenten los precios de la energía.
Pero los críticos dicen que penalizan injustamente a las empresas privadas que producen energía renovable a partir de fuentes como la eólica y la solar.
El proyecto «da preferencia al uso de fuentes energéticas emisoras de dióxido de carbono, como el fuel oil y el diesel, anula los compromisos de desarrollo sostenible de la ONU y limita las posibilidades de buscar mayores y mejores fuentes de abastecimiento», dijo la parlamentaria opositora María de los Ángeles. Ayala.
El grupo ambientalista Greenpeace advirtió que el proyecto de ley «perpetúa un modelo altamente dañino para el medio ambiente, que no combate, sino que promueve, los cambios climáticos que el Estado mexicano tiene la obligación constitucional de combatir».
Por el momento, la Comisión Federal de Electricidad está obligada a comprar energía renovable a través de subastas, pero las reformas acabarían con esta obligación.
Los empresarios también expresaron su preocupación de que al favorecer a una empresa estatal sobre las empresas privadas, México corre el riesgo de violar su acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.
Esto corre el riesgo de crear fricciones con la administración del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien ha prometido hacer de la lucha contra el calentamiento global una prioridad.
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