El mejor pizzero de Nápoles añade piña como aderezo. Deja la indignación
Gino Sorbillo Artista Pizza Napoletana/FACEBOOK
Margherita con Ananas cuesta 7 € (poco más de NZ $ 12).
Un famoso maestro pizzero de Nápoles, Italia, fue noticia después de producir una pizza con uno de los ingredientes más controvertidos: piña.
Gino Sorbillo Es uno de los chefs más célebres de la ciudad y ha revelado su versión de piña en pizza.
Por supuesto, este no es un hawaiano cualquiera. La base de tomate queda eliminada, reemplazada por tres quesos diferentes (provola ahumada y dos tipos de queso cacioricota ahumado), mientras que la piña se cocina dos veces para que quede más caramelizada.
Sorbillo, un pizzero de tercera generación, dijo cnn creó 'Margherita con Ananas' para “combatir los prejuicios alimentarios”.
“En los últimos años me di cuenta de que mucha gente condenaba los ingredientes o las formas de preparar la comida simplemente porque en el pasado la mayoría de la gente no los conocía, así que quise poner estos ingredientes controvertidos, que se tratan como si fueran veneno, en un recipiente napolitano. pizza, haciendo unas ricas”, dijo Sorbillo.
La opinión en línea ciertamente estaba dividida: uno le dijo que era «hora de cerrar las contraventanas», mientras que otros estaban deseosos de probarlo: «Definitivamente va a estar delicioso».
Otro añadió: “Nooooo. ¿¡¿Cómo vamos a criticar a los estadounidenses ahora?!??
Aunque Nápoles es considerada la cuna de la pizza, los ciudadanos de varias culturas antiguas, como los griegos, egipcios y romanos, comían algún tipo de pan plano con tapa. No fue hasta el siglo X que la palabra «pizza» se documentó por primera vez en el centro de Italia.
Lo que llamaríamos pizza moderna surgió en la región de Campania entre los siglos XVII y XVIII. Originalmente comida para los pobres, la pizza se ha convertido en una especie de atracción turística en las zonas más violentas de la ciudad de Nápoles. Los inmigrantes italianos ayudaron a traerlo a Estados Unidos a principios del siglo XX y el resto es historia.
En 2017, la UNESCO añadió el arte del pizzero napolitano, o “pizzaiuolo”, a su lista de “patrimonio cultural inmaterial de la humanidad”.
Las críticas no impidieron que Sorbillo presentara otras creaciones controvertidas, incluida una pizza con ketchup.