¿Es más fácil hacer cerveza en el espacio? Los científicos se dan cuenta de que la microgravedad ayuda a una fermentación más rápida
La gravedad, la fuerza que lo gobierna todo, desde lo «pesados» que nos sentimos hasta la formación de cristales y la dinámica de fluidos, impacta significativamente muchos procesos sin los cuales la vida no podría sobrevivir en la Tierra. Sin embargo, la ingravidez puede tener sus beneficios. Experimentos en la Estación Espacial Internacional (ISS) han demostrado que los cristales medicinales y la impresión 3D se pueden cultivar de forma más eficaz en microgravedad.
Ahora los experimentos se han extendido a cómo se comporta la levadura de cerveza en tales condiciones. Científicos de la Universidad de Florida llevaron a cabo un experimento que recreaba un mini «entorno espacial» en la Tierra con un escenario de microgravedad controlada. El estudio tuvo como objetivo observar el proceso de fermentación de la levadura de cerveza, según cabe suponer.
«En el futuro realizaremos fermentaciones bajo microgravedad a medida que continuamos la exploración espacial, y habrá resultados que nos resultarán muy difíciles de predecir». Ingeniería interesante citó al autor del estudio, Andrew MacIntosh, profesor asociado de ciencias de los alimentos.
Destacó la necesidad de anticipar estos resultados para planificar de manera más efectiva los futuros procesos de microgravedad.
Los investigadores eligieron la cerveza para su estudio debido a su larga historia y su proceso de fermentación bien comprendido. La cebada, procedente de Live Oak, Florida, se procesó para crear una solución líquida derivada de cereales llamada «mosto». A continuación, este mosto se dividió en seis muestras. Cada muestra fue inoculada con Saccharomyces pastorianus, una especie de levadura utilizada para elaborar cerveza, para iniciar el proceso de fermentación.
Tres muestras se mantuvieron en condiciones normales, mientras que las tres restantes se colocaron bajo microgravedad simulada utilizando un clinostato, que hace girar las muestras alrededor de un eje horizontal.
Los resultados mostraron que la levadura no sólo sobrevivió, sino que también fermentó a un ritmo más rápido que en condiciones normales. En el grupo de control, la fermentación alcanzó su punto medio en 28,2 horas, mientras que en condiciones de microgravedad simuladas tardó sólo 21,2 horas.
Los investigadores atribuyeron esta fermentación más rápida a la suspensión constante de la levadura, lo que aumentó la disponibilidad de nutrientes al evitar que la levadura se depositara en el fondo.
MacIntosh expresó su entusiasmo por los estudios futuros y señaló: «Este estudio es definitivamente la primera pieza del rompecabezas y estoy emocionado de hacer más».
Publicado 17 de agosto de 2024, 12:46 ITS