Política federal de Nuevo México y comunidades energéticas
Otro sentimiento compartido por los entrevistados es que es poco probable que el desarrollo de la energía solar y eólica reemplace los empleos y los ingresos fiscales provenientes de los combustibles fósiles. Los empleos en el sector de los combustibles fósiles se consideran “que apoyan a la familia”; En otras palabras, estos empleos suelen pagar más de 100.000 dólares al año, mientras que el desarrollo de energías renovables tiende a pagar menos. Si bien concentrar una mayor parte de la cadena de suministro de energías renovables (por ejemplo, la fabricación de componentes) en las cuencas de San Juan y Pérmico podría ayudar a mitigar la pérdida de estos empleos e ingresos, ninguna región ha atraído tal inversión en esta cadena de suministro hasta la fecha.
¿Podrían crecer otros sectores económicos para apoyar a estas comunidades de petróleo y gas? Quizás, pero nuestros entrevistados difirieron en cuanto a las visiones para las cuales los sectores económicos son más prometedores. Algunas partes interesadas apoyaron firmemente las soluciones emergentes para el sector energético, como atraer un «centro de hidrógeno,» edificio nuevas instalaciones nucleareso expansión del gas natural desarrollo, mientras que otros se oponían firmemente a tales estrategias. (La semana pasada, El presidente Joe Biden anunció la ubicación de siete centros de hidrógeno, y la propuesta conjunta de Nuevo México con Colorado, Utah y Wyoming no estaba entre ellos).
Por último, independientemente de los sectores que elijan las partes interesadas locales, las inversiones en infraestructura física y social, como Internet de banda ancha, transporte y atención sanitaria, serán elementos esenciales. Un sentimiento común entre los entrevistados fue que el gobierno federal debería permitir a los grupos locales más flexibilidad en el uso de tierras de propiedad federal, que son extensas en ambas cuencas. Para las comunidades tribales, lidiar con la burocracia federal puede ser particularmente frustrante: un funcionario tribal declaró: “¡Les dimos la tierra y no pedimos informes!”
En general, nuestra investigación es un intento de transmitir los sentimientos y prioridades extraídas de la experiencia vivida por los miembros de la comunidad del petróleo y el gas. Durante casi un siglo, los residentes de estas cuencas han soportado las cargas ambientales y de salud de la extracción de energía que continúa impulsando las economías de Estados Unidos y el mundo. Como país, Estados Unidos apenas está comenzando a aceptar este legado. En los próximos años, será necesario trabajar mucho más para comprender las prioridades de los miembros de la comunidad, identificar qué soluciones políticas son más apropiadas para las diferentes regiones y desarrollar mecanismos que puedan brindar apoyo de manera más efectiva.