Monitoreo de API: llevando la visibilidad al siguiente nivel
La realidad de lo moderno formas es que lo que ve el usuario es una historia totalmente diferente a lo que está sucediendo detrás de escena. En un mundo ideal, tendrían una experiencia digital perfecta y saldrían de una compra o interacción online sintiéndose satisfechos con su experiencia y, por tanto, con la empresa en cuestión. Dicho esto, estas transacciones o interacciones aparentemente simples pueden involucrar innumerables servicios internos y externos interdependientes que necesitan trabajar juntos, generalmente a través de Internet, para ejecutar el flujo de trabajo de una aplicación.
Sobre el Autor
Ian Waters es director senior de marketing para EMEA en Mil ojos.
La explosión de avances tecnológicos como Internet, computación en la nube y la tecnología móvil en los últimos años ha dado lugar a un cambio de paradigma en las arquitecturas de aplicaciones. Dichas arquitecturas se han vuelto más modulares y basadas en servicios, a diferencia del formato anteriormente monolítico, donde una sola pieza de código soportaría varios módulos y características. Como resultado, ahora dependen de muchos servicios externos de terceros, integraciones de back-end y API en la nube.
Si bien esto ofrece ventajas significativas en términos de escala y la mejor funcionalidad en la categoría, una actualización necesaria para el mundo siempre activo de hoy, también trae consigo un nivel de complejidad que puede dificultar la identificación y resolución de problemas de rendimiento. Para optimizar la entrega de estas experiencias digitales, las empresas deben comprender el rendimiento de las API. Teniendo esto en cuenta, comprender la accesibilidad de las API en Internet y en las redes de proveedores de la nube es fundamental.
La falta de visibilidad agrega una capa de complejidad
La naturaleza cada vez más compleja de los flujos de trabajo a menudo puede resultar en intentos de localizar un problema, convirtiéndose en una aguja en una situación de pajar, y la naturaleza prolongada de este desafío puede tener efectos perjudiciales en las empresas. Cuando los usuarios se ven afectados en su capacidad para acceder a una aplicación, tiene un efecto directo en su experiencia digital, lo que, por supuesto, ahora probablemente verían como negativo.
Para cualquier empresa donde una aplicación es el primer puerto de una llamada a clientes, esto puede ser perjudicial. Después de todo, un usuario final con dificultades para acceder a una aplicación no tendrá ninguna razón para no pensar que el problema está en la propia aplicación, incluso si reside en el nivel de la red. Este tipo de problemas también pueden afectar a una empresa a nivel de empleado: trabajadores que luchan por acceder a su clave SaaS las aplicaciones pueden señalar con el dedo Gestión de TI equipo, cuando, en realidad, el problema está en algún lugar en la ruta entre el usuario y la aplicación a la que intenta acceder.
Aunque la red y la aplicación heredadas vigilancia Las herramientas son útiles para resolver estos obstáculos, ya que no tienen el nivel de visibilidad necesario para monitorear las interdependencias distribuidas de la aplicación moderna y ubicar eficientemente el problema y luego escalar y resolver el problema en flujos de trabajo externos. Debido a esta falta de visibilidad, la ruta de entrega suele ser un punto ciego para las empresas, lo que les impide comprender realmente la causa de los problemas que puedan estar experimentando sus usuarios.
Además, las empresas que priorizan lo digital deben comprender todos los problemas fuera de los suyos. esa infraestructura con el fin de recopilar pruebas del problema antes de que puedan solicitar la acción de un tercero. Las empresas pueden perder un tiempo valioso sin esta evidencia tratando de resolver el problema, mientras que sus usuarios sufren una mala experiencia digital.
Las rutas de entrega en sí mismas pueden representar una barrera adicional porque a menudo son complejas y carecen de estabilidad en la nube, y las API de terceros y los centros de datos a menudo se mueven o incluso desaparecen por completo. Todos estos factores pueden afectar significativamente el funcionamiento de una aplicación, lo que resalta aún más la necesidad no solo de visibilidad, sino también de herramientas para resolver cualquier problema.
Yendo más allá del monitoreo tradicional
Algunas organizaciones naturalmente utilizarán herramientas sintéticas de monitoreo de navegadores. Aunque son una forma poderosa de probar continuamente los flujos de trabajo principales del usuario en la aplicación, algunas solicitudes de usuario relacionadas con el navegador dependen de varias interacciones de API de back-end que son demasiado complejas para ser visibles desde la perspectiva del usuario.
Por ejemplo, cuando un usuario envía un formulario de pedido en un Comercio electrónico sitio web, la aplicación realiza una serie de llamadas a la API para verificar el inventario, procesar el pago y generar un número de pedido, antes de dirigir al usuario a una página de confirmación de pedido. Dado que estos servicios de back-end son invisibles para el cliente, las herramientas de monitoreo no detectarán una falla o un problema de rendimiento en cualquiera de ellos, pero aún tendrán un impacto directo en el cliente.
¿Entonces, cuál es la solución? Las empresas deberían poder probar API externas a un nivel granular desde el contexto de su aplicación principal, en lugar de solo a través de la interacción de front-end. Además, deben poder comprender el impacto del transporte de red subyacente, generalmente un ISP o una red de proveedor de nube.
Una nueva solución para propietarios de aplicaciones
Ingrese al monitoreo de API adaptable. El monitoreo de API adaptable permite a las empresas ir más allá de emular las interacciones de los usuarios a través de un sitio web orientado al cliente para ejecutar llamadas de API directamente desde sus instalaciones de API. Su marco de prueba sintético altamente flexible emula interacciones condicionales de aplicaciones back-end con puntos finales API.
Es importante tener en cuenta que con el monitoreo de API, las pruebas se pueden realizar desde puntos de vista externos al entorno de la aplicación o desde agentes ubicados dentro del entorno de alojamiento de la aplicación para los servicios de API. Los beneficios de este último significan que también se pueden monitorear las rutas de red específicas de la aplicación a los puntos finales de la API. Los propietarios de aplicaciones pueden medir el rendimiento diferenciando los tiempos entre cada función iterativa, así como validando la lógica de los flujos de trabajo complejos. Todo esto permite una rápida confirmación de los problemas en un flujo de trabajo, además de proporcionar información sobre las posibles oportunidades de optimización.
Dado que las API forman una parte cada vez más importante de las aplicaciones modernas de hoy, es fundamental que una amplia gama de empresas comprendan la accesibilidad de las API en Internet y en las redes de proveedores de la nube. Es esta visibilidad la que les permitirá tener una visión del rendimiento de sus aplicaciones en su conjunto y, a su vez, garantizar una experiencia digital fluida y positiva para el usuario final.