(Bloomberg) — México, junto con la administración del presidente Joe Biden y las Naciones Unidas, está considerando crear un programa temporal para ayudar a evaluar previamente la elegibilidad de decenas de miles de migrantes para ingresar a Estados Unidos, a medida que aumentan nuevamente los cruces fronterizos.
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El programa se centraría en unos 40.000 migrantes de Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba que se encuentran en el sur de México, según el máximo diplomático del país.
La ministra de Asuntos Exteriores, Alicia Bárcena, dijo en una entrevista que las agencias de migración y refugiados de la ONU revisarían su elegibilidad antes de que el personal de un consulado móvil de Estados Unidos procesara sus solicitudes de aquellos que calificaran. El gobierno estadounidense no tiene instalaciones permanentes en el extremo sur del estado de Chiapas, en la frontera de México y Guatemala.
El plan sería sólo para inmigrantes de esos cuatro países, cuyos ciudadanos tienen procesos de libertad condicional específicos para la inmigración estadounidense debido a las condiciones en sus países de origen, dijo Bárcena el viernes al margen de la Asamblea General de la ONU. Han estado atrapados en México desde mayo, cuando Estados Unidos puso fin al Título 42, una autoridad de emergencia de la era de la pandemia que restringía el derecho a solicitar asilo.
Bárcena dijo que no podía proporcionar un cronograma o lugar exacto para el despliegue de las instalaciones de la ONU. Pero no sería en la ciudad fronteriza de Tapachula, a donde llegan muchos migrantes por primera vez. La propia agencia de refugiados de México ya está procesando a personas en el país de acuerdo con los propios criterios de asilo del país, y el gobierno no quiere mezclar los procesos.
“Realmente nos gustaría tener mecanismos legales, ordenados y seguros” para las personas que buscan inmigrar a Estados Unidos, dijo Bárcena. «Hemos avanzado mucho en las rutas migratorias regulares».
Bárcena destacó datos que muestran que más de 170.000 venezolanos, haitianos, nicaragüenses y cubanos llegaron a EE.UU. bajo permisos humanitarios, con libertad condicional otorgada a estas nacionalidades. El actual programa de libertad condicional permite que hasta 30.000 personas al mes inmigren sin hacer el peligroso viaje a través de México y Centroamérica que implica arriesgar sus vidas y pagar miles de dólares a los contrabandistas.
Aun así, los encuentros con migrantes en la frontera sur de Estados Unidos volvieron a aumentar en agosto, hasta alcanzar el nivel más alto de este año, después de haber disminuido inicialmente en junio y julio cuando el Departamento de Seguridad Nacional lanzó medidas de palo y zanahoria para impedir el cruce fronterizo no autorizado y ofrecer rutas legales. Para el año fiscal actual, el número de encuentros está en camino de igualar o eclipsar el récord de 2,4 millones de 2022.
El gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador planea discutir la migración, así como la seguridad y los esfuerzos para detener el tráfico de fentanilo durante conversaciones de alto nivel el 5 de octubre. México recibirá durante esta visita al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a la consejera de la Secretaria de Seguridad Nacional, Elizabeth Sherwood-Randall, y al fiscal general Merrick Garland.
Bárcena fue nombrada máxima diplomática de México en junio después de que su predecesor, Marcelo Ebrard, renunciara al cargo para lanzar una infructuosa candidatura a la nominación presidencial de 2024 por parte del partido de López Obrador. Dirigió la agencia de cooperación económica de la ONU para América Latina y el Caribe durante 14 años hasta principios de 2022.
Estará en Washington el 29 de septiembre para el diálogo económico que México sostiene cada año con Estados Unidos. Incluirá a Blinken, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, junto con el ministro de Finanzas de México, Rogelio Ramírez de la O, y la ministra de Economía, Raquel Buenrostro, dijo Bárcena.
–Con la ayuda de Maya Averbuch.
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