En un comunicado conjunto, las tres naciones dijeron que el Covid-19 demostró que las cadenas globales de valor carecían de visión y criterios estandarizados para enfrentar situaciones de emergencia. En un contexto de alta interdependencia, la falta de coordinación de un eslabón fue suficiente para paralizar el resto de la cadena de suministro.
A nivel mundial, tales interrupciones han tenido efectos nocivos no solo en la actividad económica y los niveles de empleo, sino también en los precios y el suministro de productos esenciales, incluidos alimentos, medicamentos y equipos médicos.
Partiendo de la premisa de que la salud y seguridad de los trabajadores están por encima de cualquier factor económico, los tres países establecieron recientemente unas mesas de análisis para acordar acciones y definir de manera estandarizada qué sectores productivos son críticos o esenciales.
La Secretaría de Economía de México liderará el trabajo de las dependencias gubernamentales mexicanas para anticiparse y reaccionar de manera coordinada, tomando en cuenta que las tres naciones del norte constituyen una de las regiones comerciales más interconectadas del mundo.
Considerando que la deslocalización industrial obedece principalmente a la necesidad de reducir riesgos en los sectores productivos, las decisiones que se tomen, los criterios estandarizados y los protocolos establecidos fortalecerán la competitividad de la región, haciéndola aún más atractiva para las inversiones.
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