Los expertos reaccionan: el presidente de Perú fue destituido de su cargo tras un intento fallido de tomar el poder. ¿Ahora que?
El presidente peruano Pedro Castillo fue removido de la oficina por el Congreso del país el miércoles después de anunciar un plan para disolver el Congreso antes de la votación de juicio político. El poder judicial, el ejército y la policía se opusieron a la toma del poder del impopular presidente izquierdista, y el Congreso le dijo a Castillo que hiciera las maletas y elevó a la vicepresidenta Dina Boluarte a la presidencia. castillo fue luego arrestado🇧🇷
¿El sistema superó una crisis constitucional? ¿Qué sigue para la nación sudamericana después de la presidencia caótica de un recién llegado político sin experiencia? Nuestros expertos en América Latina lo desglosan.
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Esté atento a más incertidumbre política por delante
Castillo trató de jugar su mano hoy en la larga tradición de un autogolpe—un autogolpe. Su incompetencia -vista sobre el caos de un año y medio como presidente- dejó claro que no lo iba a lograr. El maestro rural que se convirtió en líder sindical tampoco contó con el apoyo popular, con la aprobación de sólo 19% en algunas ciudades🇧🇷 Afortunadamente, la estratagema mal considerada de tratar de disolver el Congreso en lugar de permitir que el Congreso considere una moción para acusarlo fracasó, un símbolo de su presidencia de corta duración.
¿Qué más formaba parte de la receta para mantener el orden democrático? Militares y policías advierten a Castillo que no actúe, ministros renunciando a raíz de su anuncio, y el Congreso avanza en su voto de juicio político (que fue aprobado con el apoyo de 101 de los 130 legisladores). La reacción de la región fue tibia. El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó hoy a la acción “desgraciado”, mientras que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, culpó a la élite peruana, dicho su hostilidad hacia el líder Castillo resultó en «un ambiente de confrontación y hostilidad que se mantuvo en su contra». El gobierno de Colombia dijo que «condena cualquier atentado contra la democracia».
Perú ha estado envuelto en un caos político durante algún tiempo. Se necesitaron cuatro presidentes para completar el último período presidencial (de 2016 a 2021), y Perú ahora tiene su segundo presidente, su primera mujer, en este período actual de cinco años. La turbulenta relación entre el Congreso y el presidente -y la facilidad con la que el Congreso puede acusarlo- son algunos de los factores que conducen a esta incertidumbre política. A esto se suma la necesidad de reformar una estructura política que ha perdido la confianza de muchos peruanos, especialmente cuando muchos de sus líderes son vistos como corruptos.
¿Cuál es el siguiente? El nuevo presidente peruano, Boluarte, llamó de inmediato al diálogo entre todos los actores políticos. Esto es más fácil dicho que hecho. Boluarte no pertenece a ningún partido político tras ser expulsado del partido Perú Libre el pasado mes de enero. El último presidente peruano que no pertenece a un partido político, Martín Vizcarra, fue destituido por el Congreso en 2020, lo que provocó una ola de protestas.
🇧🇷Jason Marczak es director sénior del Centro Adrienne Arsht para América Latina en el Atlantic Council.
Castillo desperdició su energía chocando con el Congreso, en lugar de un cambio político real
El final de la presidencia de Castillo no fue del todo sorprendente. Su forma de gobernar siempre dio una sensación de improvisación y falta de planificación.
Además de los problemas obvios de los escándalos de corrupción generalizados que plagaron su gobierno, uno de los principales problemas fue un aparato gubernamental quebrado y una falta total de un enfoque estratégico para encontrar soluciones a los muchos problemas del país.
Al mismo tiempo, los enfrentamientos diarios de Castillo con el Congreso han agotado la energía que podría haberse utilizado para promover iniciativas y avanzar en los cambios de política prometidos durante la campaña electoral. El resultado fue un creciente e intenso enfrentamiento con los parlamentarios y, en los últimos días, con el poder judicial, el fiscal general y el tribunal constitucional. Un subproducto de esto: el declive acelerado de su apoyo popular, incluso en las regiones más propensas a apoyarlo en el sur del país.
La reciente avalancha de acusaciones de corrupción La participación del presidente y su familia y el creciente apoyo al proceso de juicio político en el Congreso dieron como resultado el intento de Castillo de tomar el poder absoluto, cerrar el Congreso y reformar el poder judicial. Pero este intento una vez más improvisado por aficionados fracasó y resultó en el arresto de Castillo.
—Hugo de Zela fue vicecanciller de Perú de 2018 a 2019 y embajador de Perú en los Estados Unidos de 2019 a 2021. Ha hablado con frecuencia en el Atlantic Council.
Una nueva baja desafortunada para Perú
Después de asumir cuatro presidentes en menos de un año, Perú ha llegado a un nuevo y lamentable punto bajo en su crisis política e institucional. La decisión unilateral de Castillo de disolver el Congreso no recibió apoyo, un rayo de luz en el trágico resultado del gobierno breve e impopular de dieciséis meses de Castillo. Las reacciones y condenas iniciales de las acciones de hoy en Perú por parte de ex miembros del gabinete y otros actores clave también son un buen augurio para la perspectiva democrática del país. De inmediato, sin embargo, es probable que la crisis constitucional desatada por el expresidente exacerbe el cansancio político y el malestar social de larga data en el país. Las próximas horas son cruciales y determinarán si la confianza en el Congreso y las instituciones del país se fortalecerán o se erosionarán. Estas instituciones, con el apoyo de la comunidad internacional, incluido el sector empresarial, tienen un papel importante para ayudar a Boluarte a navegar el próximo capítulo de Perú.
🇧🇷María Fernanda Bozmoski es subdirectora de programas del Centro Adrienne Arsht para América Latina.