El mundo observa y espera mientras la NASA trabaja para traer a dos astronautas perdidos a casa desde el espacio. También estamos viendo la fe en acción a medida que continúa el esfuerzo de rescate.
Se suponía que el astronauta de la NASA Barry Wilmore y la piloto de pruebas Suni Williams regresarían de la misión hace semanas, pero una falla en el motor lo impidió.
Mientras otros cristianos oran por su seguridad, Wilmore, un ex anciano de la iglesia, y Williams tienen consigo el importante tesoro de la fe en el espacio exterior.
Ante lo desconocido, tanto la NASA como su tripulación varada están comprobando y revisando todas las opciones para poder regresar a casa.
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«Estamos encontrando cosas, solucionándolas y haciendo cambios, actualizando nuestro equipo de control», dijo Williams.
El Boeing Starliner está parado debido a fallas en el propulsor y fugas de helio. El astronauta jefe de la NASA, Joe Acaba, dice que el equipo continúa buscando respuestas. «Quiero poner esto en perspectiva. Si Butch (Wilmore) y Suni (Williams) no regresan a casa en el Starliner y se mantienen a bordo de la estación, tendrán unos ocho meses en órbita», dijo Acaba. Eso significa que probablemente no regresarán hasta el próximo año.
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Acaba dice que todavía no hay suficientes conocimientos o datos para tomar una decisión clara.
Aún así, confía en que la experiencia de Wilmore y Williams a bordo de la nave espacial los mantendrá a salvo.
Además de la lógica humana, en medio de esta incertidumbre, ambos cuentan con un activo invaluable.
«La fe en la vida de un astronauta es eminentemente importante. Están lidiando y trabajando con cosas que el resto de nosotros no necesariamente podemos entender», dijo el pastor Wencil Pavlovsky.
Pavlovsky dirige la Iglesia Católica San Pablo Apóstol en Texas. Ha tenido al menos 36 feligreses que alguna vez fueron astronautas, e incluso le entregó a uno bendiciones en el altar para que sirviera como recordatorio de que Dios siempre está cerca.
«El Santísimo Sacramento está dentro de esa Luna que Mike Good se llevó al espacio exterior. Lo trajo de regreso para poder usarlo aquí todos los días de la semana», dijo Pavlovsky.
En Saint Paul, Pavlovsky y sus feligreses saben la importancia de orar durante cada misión espacial. «Estamos conectados de una manera absolutamente fascinante con lo que sucede en el resto del universo», afirmó.
Mientras los ingenieros sobre el terreno luchan por comprender los problemas, Pavlovsky pide a los cristianos de todo el mundo que oren para que Dios intervenga.
En cuanto a las familias de Williams y Wilmore, ninguna está preocupada y espera regresar más tarde. La esposa de Wilmore, Deanna, dijo recientemente que su esposo está contento dadas las circunstancias, sabiendo que el Señor tiene el control.
