La máscara definitiva ‘made in Spain’ para combatir el coronavirus
COVID-19 No solo levanta una barrera contra el contagio, sino que neutraliza el virus.
Patentado por la fisioterapeuta Alireza Kazemi, quien sirvió en el equipo de balonmano
yoLa segunda ola de COVID-19 muestra que tendremos que convivir con la epidemia de coronavirus hasta obtener vacunas eficaces y se producen en grandes cantidades. Y llevará meses.
Mientras tanto, continúan surgiendo iniciativas para proteger a la población. La máscara, cuya utilidad fue inicialmente cuestionada por falta de costumbre, es, junto con el confinamiento, la principal barrera contra el contagio. Pero algunas líneas de investigación y emprendimiento van un paso más allá.
En ello es Alizera Kazemi, Doctora en Actividad Física y Salud y reconocida fisioterapeuta -fue de la selección española de balonmano-, que inventó y patentó una máscara sofisticada cuyo aspecto se asemeja a los frentes de los cascos de motocross, aunque no es más prominente que la palma de la mano y pesa poco más de cien gramos.
Kazemi tuvo en cuenta, para idealizar su prototipo, la estructura del coronavirus, de forma circular con sus puntas características, que son las que permiten fijarlo en las partes húmedas del cuerpo humano, y que es relativamente grande (1,6 – 1, 7). micrones) y pesado.
“Esta máscara no es solo un escudo contra el virus, sino un instrumento activo que lo ataca”, explica este profesional de la salud, nacido en Irán y residente en España desde hace 40 años. Su modelo consta de una estructura de silicona hipoalergénica que se adapta al rostro con anclajes de neopreno que distribuyen la presión, y un protector ocular.
La máscara contiene una serie de elementos que Ponen obstáculos al virus y lo matan. De afuera hacia adentro, consta de un Pantalla de PVC en forma de lamas para persianas; otro filtro de algodón y carbón activado en el que se insertan pequeños LED desinfectantes UV; Es una especie de casete que alberga sensores que evalúan la calidad del aire dentro de la máscara, un respirador, humidificador y pequeño depósito de nebulizador desinfectante para impregnar los filtros, que también pueden contener fármacos para inhalación, por ejemplo, por asmáticos. Todos estos dispositivos se puede controlar a través del teléfono celular.
El virus, se neutraliza cualquier virus, ya sea desde el exterior o a través de la boca del usuario de la máscara. Por tanto, protege al transportista del contagio y de terceros.
los La Oficina Española de Patentes y Marcas ha evaluado esta invención como un nuevo producto y ha sido patentada internacionalmente. Aún tiene que pasar por la Agencia de Evaluación de la Salud.
Por sus características, este marcado es muy adecuado para su uso en profesiones que requieren contacto interpersonal: trabajadores de la salud, docentes, servidores públicos o en actividades desarrolladas en ambientes contaminados. Pero cualquiera puede usarlo incluso atletas durante su preparación. Su inventor estima que cuando se fabrica en grandes cantidades, su precio puede variar entre 30 y 50 euros, y tiene un uso ilimitado.
Grandes empresas como China Xiaomi o Phillips trabajan en sus propios diseños de máscaras. En Japón, una start-up creó un modelo que te permite hablar desde diez metros de distancia y traducir idiomas. En Singapur, desarrollaron otro que registra la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la presión arterial o el nivel de oxígeno en sangre y envía estos datos a los trabajadores de la salud a través de Bluetooth.
Esta Iniciativa española, Qué ya ha tomado forma en una impresora 3Dslo falta de apoyo de una empresa con capacidad de producción industrial para unirse a la lucha contra el covid-19.