La crisis electoral en Venezuela divide a la izquierda en América Latina
La creciente crisis en Venezuela tras sus controvertidos y casi con certeza fraudulentos resultados electorales se ha convertido en una prueba para otros gobiernos de izquierda en América Latina. Después de que el presidente Nicolás Maduro afirmara que había ganado la reelección (un veredicto rechazado no solo por la oposición sino también por los observadores internacionales), obligó a los gobiernos de todo el mundo a decidir cómo responder. La presión sobre los líderes regionales no ha hecho más que aumentar en medio de protestas masivas, un creciente número de muertos y miles de miembros de la oposición preso en Venezuela desde la disputa del 28 de julio.
Para los compañeros izquierdistas de Maduro en la región, las opciones parecían difíciles. Podrían apoyar al hombre fuerte venezolano e ignorar la creciente evidencia de una elección robada, o podrían reafirmar su propio compromiso con la democracia y reprender a Maduro.
Pero para algunos, ahora parece haber una tercera vía, una vía intermedia para forjar un bloque que tenga suficiente credibilidad e influencia sobre Maduro para romper el estancamiento y evitar un desmantelamiento violento. De esta manera, estos líderes esperan salvar sus credenciales democráticas sin dañar permanentemente sus vínculos con Caracas, y así permanecer en el favor de cualquier lado que salga victorioso cuando termine este capítulo de la larga crisis de Venezuela.