Funcionarios mexicanos se reunieron con la vicepresidenta Kamala Harris la semana pasada para discutir formas de ayudar a frenar el flujo de migrantes que llegan a Estados Unidos.
El jueves pasado, en Washington DC, Harris se reunió con el secretario de Relaciones Exteriores de México, Emilio Ebrard, para discutir la falta de oportunidades que muchos migrantes dicen estar experimentando.
«El presidente de México ha enviado una misión clara desde el inicio de su mandato para desarrollar la parte sur de México, que es la región más pobre del país», dijo Letícia Calderon Chelius, investigadora sobre relaciones México-Estados Unidos del Instituto Mora en el Ciudad de México, México.
La reunión diplomática no ha terminado desde hace algún tiempo y fue interrumpida durante la administración Trump.
«Siempre ha habido presión sobre México para que evite la cantidad de migrantes que vienen de Centroamérica, principalmente», dijo Terrence Garrett, profesor de ciencias políticas en UTRGV.
Durante la reunión, México enfatizó su compromiso de mejorar los acuerdos sindicales para los trabajadores en el marco del nuevo tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, y mejores cadenas de suministro para las empresas mexicanas que hacen negocios en los Estados Unidos.
