Esta cara de robot sonriente hecha de piel viva es un verdadero combustible de pesadilla
Dar a los robots un exterior parecido al humano ha sido la norma durante años, incluso siglos. ¿Pero darles piel real y viva que pueda manipularse para lograr expresiones espantosas y viscosas? Éste es nuevo.
El nuevo trabajo, publicado en la revista Informes Celulares Ciencias Físicas, es sólo un experimento. Esta no será la cara de su próximo centro o aspiradora de hogar inteligente.
Pero bien puede ser que la ingeniosa maquinaria producida durante miles de millones de años de evolución sea mejor en algunas situaciones que la piel artificial (también en desarrollo) o superficies más simples. Esto plantea varias preguntas; muchas, de hecho, pero sólo una es realmente el tema del artículo, como es típico en la investigación científica.
Es decir: ¿cómo se uniría esta superficie de tejido vivo, cualesquiera que sean sus ventajas y desventajas, a la base mecánica de la extremidad o “cara” de un robot?
En humanos y otros animales, existe una red de ligamentos que unen la piel a los músculos y tejidos subyacentes. Esto funciona muy bien, según he descubierto. Y los investigadores de la Universidad de Tokio y Harvard querían probar si podían crear una versión de esto que permitiera que la piel viva se aferrara firmemente a un sustrato artificial y también fuera manipulada en múltiples direcciones sin rasgarse o distorsionarse inadvertidamente.
¿Cómo apareció su “equivalente en dermis”? Te dejaré ser el juez:
Ah, combustible de pesadilla. Pero no se le puede acusar de estar nada menos que bien hidratado.
Claro, ahora es horrible, pero no pretende ser realista ni bonito, solo ilustrar un método potencial para unir tejido vivo al tren de aterrizaje robótico.
Sí, eso es exactamente lo que tiene un modelo Terminator T-100, pero no nos adelantemos. Los robots cubiertos de piel podrían hacer todo tipo de cosas útiles, además de infiltrarse en el pasado para destruir el futuro de la humanidad.
La piel cultivada, como dicen, puede curarse a sí misma, lleva sensores biológicos como el nuestro para proporcionar un tacto sensible y también puede tener beneficios en contextos médicos o de interacción humana.
Pero sólo si puede permanecer vivo allí y también moverse de la misma manera que lo hace nuestra piel durante el uso diario. Esto es parte de lo que el artículo pretende mostrar: un método de trabajo para la fijación y manipulación que podría usarse sobre (o como) un rostro.