Otros artículos dicen: México y Estados Unidos muestran cooperación
El siguiente editorial apareció originalmente en The San Diego Union-Tribune:
La relación del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador con Estados Unidos y sus presidentes puede parecer sorprendente para quienes no están familiarizados con el confiado populista del estado rural mexicano de Tabasco, quien ganó el cargo más alto de su país en su tercer intento en 2018. El vecino más grande de México el norte nunca parece desconcertar al político conocido universalmente por sus votantes por sus iniciales, AMLO.
Cuando Donald Trump era presidente, López Obrador no dudó en calificar su retórica de “racista” y calificar su agenda migratoria de “irresponsable”. Sin embargo, AMLO y Trump tenían una relación que un análisis del Washington Post describió una vez como “extrañamente excelente”, y sus administraciones trabajaron juntas armoniosamente en la renegociación del acuerdo comercial de América del Norte y, para sorpresa de muchos, la propuesta de Trump de “Permanecer en México”. ”, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se procesaba su documentación.
A pedido de la Casa Blanca, en 2019, México también tomó medidas enérgicas contra los inmigrantes que cruzaban su frontera sur con la supuesta intención de eventualmente ingresar a Estados Unidos. En octubre de 2020, con Trump enfrascado en una dura lucha por la reelección con el candidato demócrata Joe Biden, López Obrador salió de México por primera vez desde que asumió el cargo para visitar la Casa Blanca, donde elogió a Trump por su liderazgo en cuestiones comerciales.
Esto puede inspirar un cinismo fácil de que AMLO esté complaciendo a la nación que es el mayor socio comercial de México. Pero su relación con el sucesor de Trump socava esta opinión. El mes pasado, desairó directamente a Biden al negarse a asistir a una reunión de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles diseñada para mostrar el liderazgo estadounidense.
Y la semana pasada, incluso mientras visitaba la Casa Blanca, AMLO aprovechó su aparición conjunta con Biden para burlarse de él acerca de que los precios de la gasolina eran mucho más altos en Estados Unidos que en México.
Hay que reconocer que Biden tomó esto con calma. La óptica, por supuesto, no es tan importante como lo que Washington y Ciudad de México pueden lograr juntos.
El martes, la Casa Blanca anunció que México invertiría 1.500 millones de dólares en infraestructura de seguridad de alta tecnología a lo largo de la frontera, contrastando triunfalmente esto con la promesa incumplida de Trump de hacer que México pagara por un muro fronterizo. Biden y López Obrador también emitieron una declaración conjunta prometiendo “detener el flujo de fentanilo hacia nuestros países”.
Sin embargo, en otras cuestiones las diferencias siguen arraigadas.
En última instancia, tanto Biden como AMLO se dan cuenta de la importancia de una relación sólida en materia de comercio. Cualquier esperanza de que esto contribuya a un enfoque más constructivo y coordinado en materia de inmigración y seguridad fronteriza puede ser difícil de realizar debido a la política interna de Estados Unidos. Pero cuanto más se den cuenta las naciones de que se necesitan unas a otras, más fuertes se volverán sus vínculos y más probable será que esos vínculos se extiendan a sus sucesores.